miércoles, 5 de agosto de 2009

LA DEFINITIVA ABOLICION DE LA PENA DE MUERTE

Leía esta mañana en El Pais, una noticia acerca de la definitiva ratificación sobre la abolición de la pena de muerte a nivel internacional por parte de España, incluso en puntuales épocas de guerra.

Aunque ya quedó claro en nuestro código penal en el año 2002, no está nunca de más sumarse a iniciativas internacionales de éste tipo. Aunque sea con varios años de retraso (algo más de siete, al parecer).

Este tipo de debates, que son los que se generan después de situaciones como las vividas hace unos días en los dos atentados de ETA, no deberían tener publicidad en estas circustancias. Cuando estas atrocidades (u otras) están en pleno candelero, el sentimiento primigenio de venganza ciega muchos ojos. Hay que ser un animal muy poco racional para no conmoverse ante actos de este calibre; el problema es que no todo el mundo está preparado para poder ver las cosas con distancia.
Si, si, se que no es fácil, pero como para muchas cosas en esta vida, hay que hacer un esfuerzo.

Lo más preocupante de todo, es que muchas de las personas que comulgan con esta rueda, tienen por credo una serie de mandamientos en los que se basa la moral mundial (al menos la occidental); y vaya por Dios (nunca mejor mencionado), que uno de los más importantes, si no el que más, contradice frontalmente la rueda de la que hablaba.
Por cierto, mandamiento esgrimido para atacar a los que defienden el derecho al aborto.

Se que todo el mundo no es igual, solo faltaba; que cada uno tiene sus ideas religiosas y no me meto con ellas aunque no me gusten o no las comparta (o ambas a la vez); pero eso sí, flaco favor a sus ideales cristianos hacen si después se desgañitan pidiendo la ejecución de una persona que ha cometido un crimen. Y es curioso, porque mi experiencia ha sido esa; cuanto más a favor, más de misa.

Las dos ideas fundamentales para mi rechazo a la pena capital, son por un lado, la firme creencia de que matar a alguien que te ha matado a alguien, no te devuelve a tu muerto; por lo tanto seguirás triste y enfadado con la vida y con el mundo. No creo sinceramente que mi conciencia me dejara dormir si me viera en esa tesitura. Por otro lado, emplear ese castigo (ese concretamente), choca frontalmente con el delito que se pretende castigar. Es absurdo.
Igual que creo que hay gente completamente recuperable, que se ha visto obligada a cometer delitos por diversas circustancias, y que pueden reintegrarse sin problemas en la sociedad (qué poquito me gusta esa palabra tan impersonal), también creo que hay mucha gente que comete delitos sabiendo lo que hace, consciente del daño que provoca y que no se arrepiente en absoluto.
Para ellos, en algunos casos sería necesaria una ampliación de penas y una ausencia de beneficios como de las que gozan otros presos. En otros casos ni siquiera sería necesario pedir una cadena perpetua; cumplir su pena sería suficente castigo.
En otros casos creo que la única solución es el aislamiento por muy cruel que pueda sonar (violencia de género y delitos sexuales).
De esa manera, saldrían del cesto las manzanas susceptibles de ser recuperadas, y quedarían definitivamente aisladas las que solo van a producir daño. Y entiendo que si hay problemas mentales (que a veces si los hay) el tratamiento médico y el seguimiento permanente deberían estar garantizados. Por el bien del enfermo y de la gente que está alrededor.

Tiene que ser muy difícil encarar algo así cuando tienes la fibra sensible porque te han matado un hijo o un hermano o un padre, o un amigo. Por ello deberíamos tener la seguridad de que ante un delito, las penas serán justas. Pero justas de verdad. Tal vez el sentimiento de venganza sanguinaria se aplacaría en muchos casos.

Lo malo es que, de nuevo, se le pide confianza ciega a los mismos de siempre....

martes, 4 de agosto de 2009

SOIS DIVINOS

..... si, si, divinos; vosotros profesionales de la política a gran escala. Ya no digo grupos pequeños, ni ayuntamientos (que de todo hay, por supuestísimo); me refiero a los grandullones, a los que manejáis el cotarro.

Todos somos iguales ante la ley.... todos, depende; y depende de muchas cosas, entre otras de tu curro. Si eres funcionario público con carnet de partido político y por lo tanto mi (nuestro) empleado, porque te pagamos entre todos, entonces tienes una inmunidad de la que no gozamos los demás. Da igual si has hecho o deshecho; si bien, o si mal; si con buena fe o sin ella; con la excusa de que todo es un complot contra ti, se acaba tu responsabilidad.

Claro, que algo debe tener que ver lo de la supuesta separación de poderes. Y digo supuesta, porque bien que insisten en ella en el cole cuando te la enseñan (o enseñaban, ahora ya no lo se), pero cuando eres un poco más mayor, y te das cuenta que los magistrados que te van a juzgar (si estás en el supuesto laboral que comentaba antes y siempre que los organismos pertinentes hayan dado previamente su aprobación), son propuestos por partidos políticos, tu idea sobre la justicia, la inmunidad y las cazas de brujas cambian un poco. Ah, y se me olvidaba, no por TODOS los partidos políticos, no, solo por DOS, los que se reparten el pastel gubernamental; al fin y al cabo, muy pero que muy mal se les tiene que dar para que ninguno salga elegido.

Me parece alucinante la "independencia" de la justicia. TODOS se llenan la boca hablando de respeto a las decisiones de los tribunales. Pero TODOS protestan cuando el resultado no es el deseado.
Salvo que las cosas sean tan evidentes como en la última etapa del PSOE antes del advenimiento de la era Aznar, aquí no pasa nada. Si, se protestan un poco, se pelean, se demandan, se empeñan en hacer ver lo honrados que son, lo que trabajan por nosotros, lo que se sacrifican por nosostros........ y no pasa nada más.

¿Pero alguien de verdad pensó que a Camps le iba a pasar algo? ¿alguien piensa de verdad que a Bárcenas le va a pasar algo? ¿alguien todavía cree que el caso Gürtel irá más allá de cuatro tíos que ya están en prisión?
Bien que se cuidan entre ellos por mucho que se odien; hoy por tí y mañana por mi.
Ayer decía Rajoy que era "la Inquisición" la que tenía que decir algo. Pobrecitos ellos. Son como Calimero, todo el día sollozando por los rincones. Qué mal les trata El Pais, la Ser, Quatro, la Sexta y se me apuras Telecinco. ¿Y EL Mundo? ¿Y la Cope? ¿Y ABC? ¿Y La Razón? ¿Intereconomía? ¿Canal 7? ¿Popular TV? ¿TELEMADRID? (Ah no, que Telemadrid es el ejemplo de información veraz, transparente y sobre todo objetiva).

No sé si me dais más pena, que grima o vergüenza. Pero lo peor es que seguís engañando a gente cada día, utilizando todo lo que nos ocurre a los ciudadanos de a pie mediante la manipulación mediática para perpetuaros en vuestros sillones.

Me CONSTA que hay mucha gente que cada día se lanza sin protección contra esos muros desde dentro de grupos minoritarios. Y lo hace con mayor o menor fortuna. Y con grupos minoritarios me refiero a partidos pequeños o intermedios de distinta índole o agrupaciones más o menos locales con tintes sociopolíticos. Son los únicos que consiguen que aquí se mueva algo aunque no sea suficiente.

Cuánto más os veo en la tele, os escucho en la radio u os leo en los periódicos, más me convencéis de lo injusta que es la justicia. Sobre todo cuando os juzga a vosotros.

No sé si me provocáis más indignación o desconfianza; a mi y cada vez a más gente.

viernes, 31 de julio de 2009

Ufff!!!
Si, si hace mucho, lo sé.
Tengo muchas excusas, pero alguien que no me conozca, no las entendería. Ha sido un AÑO más complicado de lo que podría parecer (y no me refiero a la manoseada crisis) para mi, pero me parece que empieza a enmendarse todo.
Dentro de un par de semanas creo que lo tendré más claro.

Los balances siempre suelen ser inexactos, porque tendemos a magnificar las cosas muy malas y a olvidarnos lo buenas que son las buenas. En mi caso, como mi cerebro tiene una tendencia totalmente "lozana" a olvidarse de las cosas, pues digamos que haciendo un pequeño esfuerzo, tiendo a ver los nubarrones muuuuuuuy diluidos en el horizonte. Aunque lo pase mal, tras un tiempo razonable, lo veo con una perspectiva mucho más optimista.

Alberto (cuquiiiiiiiiiiii), dice que la gente optimista es la que se olvida de las cosas malas; y algo de razón tiene. Bueno, los que dicen que un optimista es un pesimista mal informado, también tienen algo de razón; así que lo más prudente, sería adoptar una posición intermedia, es decir, estar atento por si vienen chungas, pero aparcar lo que nos ha hecho sufrir. O esconderlo, como esos papeles que no sabes que tienes en un cajón, y cuando haces limpieza aparecen y nunca los tiras. Vuelven al cajón, nos olvidamos de ellos y se cubren de polvo hasta la próxima.
Esa es la actitud.

Y hablando de cosas buenas, por casualidad (es un decir, fue porque alguien se puso a ello) hace poco que estuve de cena con mis compis del cole. No con las de siempre (bueno, Bea si) sino con las que hacía algo así como ¡¡20!! años que no veía. Y tengo que decir, que la vida nos ha tratado bastante bien. Al menos físicamente. Qué coño, nuestras vidas tampoco están mal aunque todo sea mejorable.
Somos de la generación del anuncio de Vicky el Vikingo, Parchís y los Payasos de la Tele.
O sea, de las últimas que jugaron en la calle cuando aún no había portero automático en muchas casas ni microondas (en casa de Nuria si, que eran unos modernos), de las que llevábamos bocata al cole (lo de que te compraran un bollo pasaba los domingos, y si pasaba) y nos cagábamos de miedo cuando nos amenazaban los profes con llevarnos a dirección.
Y tengo que decir que me lo pasé muy bien. Fue una situación un poco rara, porque claro, ver a 12 tías cenando juntas, suena a despedida de soltera.... pero no, no iban por ahí los tiros.
Con todo, hubo gente con la que apenas hablé y me hubiera gustado hacerlo, así que serán el primer objetivo a rendir en la próxima reunión.

Nada más. No sé si escribiré algo de aquí a que me vaya de vacaciones. Debería porque ahora ando algo más desahogada.
Quiero retomar algunas costumbres y hay quien de vez en cuando me deja caer lo abandonada que tengo esta parcelita vital.
Así que a ello.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Como ser ciudadano de la UE en España y no desfallecer en el intento.

Que, si que si, que voy hablar de lo de ser comunitario en Europa, pero antes, y teniendo en cuenta la fecha que es (bueno, en realidad que fué ayer), quiero antes hacer hincapié en algo. ¿Cuántas cadenas de televisión dedicaron ayer algún minuto de su programación a hablar sobre el ataque a las Torres Gemelas? Es más, ¿cuánto tiempo dedicaron a ello? ¿Cuántas recordaron otro 11S tan doloroso o más y bastante más reprobable moralmente como fue el del aniversario del golpe militar en Chile? Hasta donde yo comprobé solo una: TeleK.
No me voy a extender más sobre ésto, paso de hacerles el caldo gordo. Recomiendo encarecidamente a quien no haya tenido oportunidad de verla que se siente un rato a ver la película-documental que se estrenó un tiempo después. 11 realizadores de distintos países, culturas, y religiones crean 11 cortos con el 11S de fondo. 11 visiones distintas que tal vez todos deberíamos ver para que no se nos olvide que existen muchos más países y muchos más millones de personas que los que habitan Estados Unidos. Lo siento por las pérdidas humanas, pero no más que las que se pierden por su intervención directa (de ellos). El título por si alguien no la conoce es 11'09''01.

Y ahora, voy a contar una jaimitada de esas a las que nos tienen acostumbrados a los ciudadanos de a pie, y que hace que me cuestione otra vez, si es que nos toman por tarados mentales.
Hace unos meses mi chico perdió su cartera (bueno, en realidad se la robaron). Todos sabemos lo mal que sienta, no tanto por el dinero sino por el fastidio que supone tener que hacer los papeles de toda la documentación, teléfonos, tarjetas, etc, que llevamos encima. Cuando le ocurrió en otra ocasión, alguien tuvo la deferencia de poner la cartera en el correo y cuando llegamos de vacaciones, estaba en el buzón. Por cierto, para los que no me conocéis, mi chico es irlandés. O sea europeo y además comunitario.
Bien, pues anulamos todas las tarjetas, nos vamos a la comisaría, ponemos la denuncia, empezamos con los bancos y todo el choclo (todo molestias, pero sin más), pero ay amigo, cuando llegamos al capítulo institucional, las cosas se complican un poquito más.

Cuento ésto, por si alguien todavía se cree eso de que la Unión Europea es estupenda y nos facilita la vida. Hace años que está empadronado en España, y cuando se transladó a mi casa y ya tenía domicilio fijo, decidió hacerse el DNI para extranjeros, ya que algo tan simple como abrirse una cuenta en determinados bancos, le exigía eso, un DNI (no solo valía con el pasaporte), o un permiso de trabajo (carajo, que en la Unión hay libre circulación de personas comunitarias....).
Cuando pedimos todos los papeles y los requisitos, me informaron de que no tenía que hacerselo (es más, insinuaron que no se lo darían) ya que al ser comunitario no era necesario. Sugirieron explicar por escrito las razones por las que lo solicitaba. Explicamos lo coñazo que es tener que llevar un pasaporte (tamaño pasaporte, claro) en el bolsillo del pantalón si vas al supermercado, por ejemplo para poder pagar con tarjeta y la imposibilidad de abrirse una cuenta bancaria (que yo flipo, a los chinos, con mis respetos, cero pegas) y el que en algunas empresas insistan en esa documentación aunque sea irlandés para poder trabajar con ellos. Además del riesgo que supone perderlo, y como es la administración la que te obliga a estar documentado en todo momento, porque si no te multa....... Total, que se lo dieron. Meses y varias colas después, fuimos a recogerlo. Todo bien, mucho más cómodo, se olvida del pasaporte, y guay. Aunque siempre hemos mantenido la costumbre de utilizar su pasaporte para los billetes de avión (para que veais lo que nos fiamos).
Pasa un tiempo, le roban de nuevo, y llamo al Ministerio del Interior para saber si tenemos que empezar de nuevo el proceso, ir a pasar una semana al raso haciendo cola, etc, etc.
"No, no, siendo comunitario es mucho más sencillo; tiene que llamar para pedir cita en la oficina de la Plaza del Campillo Nuevo (la plaza de los cromos del Rastro, vaya)". Llamo, me dan cita para dos meses y medio después, me explican los papeles que tenemos que llevar... y mientras, se dedica a ir indocumentado, porque pasa (y lo entiendo) de ir con el pasaporte encima (si lo pierde, le cuesta una pasta renovarlo, y no me refiero ni a 30 ni a 50€).
El día D a la hora H, allí que nos presentamos con todas las cositas que nos habían pedido; la amable chica que nos atiende lo comprueba todo, y cuando termina de escribir datos en el ordenador, suspira, nos mira y nos dice: "bueno, a ver, ahora os cuento". "Dios -pensé yo- a ver qué pasa ahora". "Hay una nueva normativa de la UE, por la cuál ya no se tramitan más tarjetas físicas". "Eh? ¿Cómo?" digo yo con los ojos como una bonita perca. "Psssssssi; eso; lo que oís". "A ver, a ver.....¿qué significa exactamente que no se tramitan más tarjetas físicas?". Martin me mira con cara de empezar a desesperarse porque no termina de entender la conversación, y los que le conocéis, sabéis que cuando se desespera.... se desespera. "Pues si, que para agilizar los trámites, la UE ha decidido suprimir la tarjeta física; ahora os voy a dr un papelito oficial, que tendrá que llevar siempre con él, como si fuera la tarjeta". "¿UN PAPELITO?". "Si, un papelito- continúa ella- lo que ocurre es que el papelito, certifica que James Martin Livingstone, tiene este determinado nº de NIE, pero no acredita EN NINGUN MOMENTO que él sea James Martin Livingstone". Yo con una cara mirando a la chica, que Martin no hacía más que darme en el brazo y pedirme que le explicar exactamente cuál era el problema. Yo que me voy poniendo nerviosa, porque sé lo que viene a continuación (la explicación a Martin) y me estoy calentando con la "agilización del trámite". Yo que me quedo sin palabras, y la chica que me dice "por lo tanto, SIEMPRE tendrá que llevar con él el pasaporte y el papelito" (por cierto, el papelito es tamaño folio). Claro, la pregunta a la chica, es evidente: "¿pero qué coño me estás contando?". Así, tal cuál se lo solté. "Lo sé, es una estupidez", me respondió, "pero es que yo no puedo hacer otra cosa". "Vale, lo entiendo, tú no puedes hacer otra cosa, pero ¿cuál es la razón de este cambio?". Y aquí viene lo bueno. "La agilización del trámite", me repitió. "Vamos ver", empecé a decir, muy despacio, muy bajito, y con ganas de liarme a patadas con la mesa, "agilizar los trámites, es que en el momento en que pones la denuncia, te vas con el papelito a casa desde la comisaría, para evitar que tengas que llevar tu pasaporte encima, y te gestionen allí mismo todo lo necesario, en el acto, solo para darte un día y una hora en la que recoger tu tarjeta; ESO ES AGILIZAR LOS TRAMITES" (y reconozco que eso lo dije en un tono un poquito borde y bastante más alto). Y allí la pobre, que tenía cara de haber pasado por la experiencia 500 veces, me dijo, "ya, tienes razón... pero es lo que hay. Si paga con la tarjeta, tendrá que llevar las dos cosas".
No voy a entar en detalles sobre mi discusión con Martin después del numerito, pero fué un espectáculo (como si yo tuviera la culpa).
Supongo que dentro de un tiempo, algún cabeza pensante dirá "hemos decidido hacer tarjetas físicas para evitar riesgos con los pasaportes y para facilitar la vida al ciudadano; en el ánimo de las instituciones, está el hacerlo todo más sencillo y agradable". Y volverán a hacer lo más lógico del mundo: reducir la documentación a una tarjeta tamaño cartera, en lugar de un papel que terminará inevitablemente ajado, acompañado del pasaporte. Y lo peor, es que será un arma electoral y el fulanito de turno se colgará una medalla.
Y por cierto, la "mejor sanidad de Europa", como dice peranzaguirreolacoleradedior, aún no ha enviado la tarjeta sanitaria de mi chico desde hace MESES. Seguimos con "el otro" papelito.
Al que me hable de lo bien que funciona la administración... es que le muerdo el alma.

lunes, 8 de septiembre de 2008

La vuelta al cole y los buenos propósitos

Madre mía, el tiempo que hace que no me paseo por aquí....
Han pasado mucho tiempo y muchas cosas. Unas mejores que otras, pero me quedo con mi semana de vacaciones, mi decisión de apuntarme a yoga, ver a quien hacía mucho que no veía y haber redecorado mi vida. Lo demás es perfectamente obviable (a veces menos cansado fisicamente pero mucho más agotador mentalmente).
Vamos a ver cómo se va solucionando todo.
De momento, he pintado en naranja cañero y verde telefónica a ver si se me pega algo más de energía (aunque tal vez debería estar frenando, no sé...). Y me he apuntado a yoga, supongo que para compensar. Tengo mucho autocontrol, pero hay situaciones que desbordan a cualquiera, así que oir a un tipo con la voz megacalmada diciéndote cómo tienes que estirar los músculos, es muuuuy aconsejable.
Me he pegado tal paliza los últimos meses, que no he notado el aterrizaje postvacacional. Bueno, que si, que tengo un pinzamiento, pero ese ya le tenía antes de pillarme las vacaciones, se agravó con la pintura-montajedemuebles-limpieza-colocacióndeenseresvarios y se remató durmiendo en el suelo del aeropuerto y la semanita sin mi almohada.
Pero tengo que decir que:
a) la casa me ha quedado monísima
b) que por fin estoy haciendo ejercicio físico sin ir a un gimnasio
c) que Paris, sigue siendo Paris, con sus paseos, sus catacumbas y sus cementerios

He vuelto de vacaciones con las baterías a media carga, con un par de latas vacías, un cuadro un poco esquizo que no puedo colgar porque no me cabe, y la sensación de haber necesitado un par de días más para perderme por Belleville y Barbés. Y para haber pillado algún kilillo más a base de queso con vino (si, aqui los hay tan buenos, e incluso mejores, pero allí tienen tal variedad que podrías pasar casi dos años comiendo un tipo de queso distinto cada día sin repetir... vamos, el paraiso del Ratón Pérez).
En fin, no me he enterado de casi nada durante los meses de julio y agosto (del accidente de avión, me enteré de milagro, justo el día de antes de volar yo) y lo que va de septiembre lo he repartido entre mi pinzamiento, la vuelta al cole y comer con la familia. Y saber de los amigos (de unos mejores noticias de otros). Así que espero, confío y deseo pero no prometo, que los hados me sean favorables, y mi situación laboral y personal me permitan escribir más. No me gusta quedar mal, pero los que me conocéis sabéis las cosas que me pasan y lo difícil que es a veces sacar tiempo para escribir.

César, Liber, que sé que me buscáis y no me encontráis, que he vuelto. Ana, (si, tú, la del Alfil), tía, dame un teléfono o un mail, que me hubiera gustado hablar contigo antes de tu despedida. Mayte, "macusín" sigue vigilando noche y día junto al río.

Si nada lo remedia, la próxima vez hablaré aquí de lo "estupendo" que es ser residente comunitario en Europa.

lunes, 28 de abril de 2008

De mitos, imaginarios comunes y Peter Punk

La semana pasada no me he paseado por aquí, es verdad. Ha sido un poco complicada a todos los niveles y además he estado muy ocupada. Y he tenido un revival adolescente de esos que de vez en cuando hay que tener para no olvidarte de quién eres y por qué eres como eres.

Voy a hacer una reflexión un poco contradictoria: no me gustan los nacionalismos porque creo que solo sirven para la confrontación. Y además, lo creo. La historia del ser humano se basa en la dominación del terreno y su defensa frente al enemigo. Todo ello por supuesto completamente vinculado al egoísmo. Como animales más o menos racionales que somos, tenemos instintos de conservación al igual que el resto de los animales. La mayoría marcan territorio con sustancias odoríferas, y nosotros nos empeñamos en hacerlo a base de trapos de colores y de muros de diversa índole. Sin embargo, lo que en el reino animal es fundamental para la conservación de la especie, en el caso de los humanos termina por ser justo lo contrario: la aniquilación de la "especie". Y lo entrecomillo porque es una de esas palabras que no me gusta mucho utilizar en lo concerniente a género humano.
Nunca he tenido en especial estima la tesis roussoniana de atribuir al hombre la bondad por naturaleza; nuestro egoísmo nos lo impide (traspasó el instinto de conservación hace tiempo).
No creo que seamos tan buenos; pero si creo que una reflexión profunda nos puede conducir a tener los horizontes más amplios. Y por supuesto a respetar las decisiones de un grupo de personas que se agrupen de una u otra manera, siempre que esas decisiones no afecten negativamente, en sus derechos fundamentales a "los otros". Y repito, derechos fundamentales, que son comunes a todos y cada uno de los que formamos parte del planeta.

Toda esta introducción, viene a cuento de la contradicción de la que hablaba al principio. Si bien las fronteras y los límites no me gustan, reconozco que nos son útiles para organizarnos. Y de nuevo, algo que debería facilitarnos la vida, se transforma en un arma que desgraciadamente no se limita a ser dialéctica. A mi me gusta hablar más de raices. Esas de las que todos los pueblos presumen e insisten en anteponer al sentido común. Todos las tenemos, pero no estoy segura de que las utilicemos bien. Tal vez sería mejor dejarlas para lo que nos une en lugar de para lo que nos separa.
Raiz es origen; y deberíamos buscar no solo en el terruño, sino en el imaginario común. Ese imaginario es distinto para cada uno, pero que nos vincula con gentes, gestos y tiempos pasados. En muchos casos ese imaginario es familiar, en otros es territorial, y en otros muchos, es generacional. Y ése es el que he revivido yo estos últimos días.

Entre otros eventos esta semana, el jueves escuché en directo por primera vez a José Menese. Como aficcionada al flamenco, es de los pocos grandes vivos que me quedaban por ver. El es una leyenda al que prefiero escuchar antes en su cante que en sus palabras. Pero es grande. Y esa noche, recordé por primera vez en mucho tiempo, que uno de los primeros trabajos mios que vi en la calle, fué un cartel que preparé para él hace ya una pila de años. Cuando terminó el concierto y me tomaba una cerveza con Tomás (él me animó a adentrarme en esos mundos jondos) y Germán (el dueño del mítico Clamores Jazz Club), les comentaba eso, que uno de mis primeros trabajos fué un poster anunciando un concierto para éste hombre. Y mi sorpresa, fué escuchar a Germán decirme, "¿uno azul y amarillo?", "si", contesté yo, y riéndose, me dijo que aún conservaba un par de ellos en la oficina de la sala. Flipante. Eso te alimenta el ego.

Pero, mi verdadera regresión a la adolescencia tuvo lugar el sábado. Por un lado, volví a ver al grupo que supuso mi estreno en esto de los conciertos de rock. Por otro, porque ese viaje al pasado, fué en compañía de una de las personas que mejor me conoce en este mundo. Entonces él y yo no nos conocíamos. Cuando terminé 8º de EGB, creo que tenía 14 años. O 13, no lo recuerdo muy bien. Aquel verano antes de empezar el instituto (bueno, en mi caso colegio de monjas, a ver si no aprendía cosa malas, y me metían en vereda) (como si hubiera sido tan mala....), fue tal vez el último que recuerdo de las fiestas de mi barrio como tal. Y digo como tal, porque aún entonces, la cosa era variada y los vecinos se implicaban. Ese espíritu se fué diluyendo, hasta el punto de desaparecer por completo de mi vida. Ahora ni se me ocurre bajar al "recinto ferial" (me parto, recinto ferial le llaman...). El caso, es que la vida da muchas vueltas. Allí estaba yo un domingo (que era el día del concierto de rock), con mi amiga Marta. Las dos como dos pardillas, un poco desbordadas por la cantidad de melenas y vaqueros elásticos a nuestro alrededor, para ver a Sangre Azul. Eso me costó después un castigo (mentí para poder ir), que asumí solo por ver a esos 5 chavalotes en el escenario. Como decía antes, la vida da muchas vueltas; años después he terminado trabajando para el que era productor de estos chicos. Y el sábado, pude de nuevo verles sobre un escenario. Y no solo a ellos. También a los autores e intérpretes de la primera canción que grabé en mi vida: Hermes Calabria y José Luis Campuzano "Sherpa". O lo que es lo mismo, la mitad de Barón Rojo. Esa casette que por supuesto no se oye (está rayadísima) la conservo en mi caja de tesoros.
No me considero nada mitómana. He tenido la oportunidad de conocer y sacarme fotos con mucha gente conocida, pero solo lo hice este fin de semana. Porque esta gente me hizo pensar en mis raices. Ha sido la primera vez que me ha hecho tanta ilusión poder hacerme una foto con alguien, para conservarla, y ver que he crecido, pero no me he maleado. Y digo esto de crecer y malear, ya que sin duda, esos años después de aquel primer concierto, fueron una lucha constante entre lo que era y lo que los demás querían que fuese. Y gané la guerra. Perdí batallas, eso es cierto, pero puedo decir orgullosa que gané esa guerra. Esa. Otras las perdí.
Misael, que ha sido quien estuvo conmigo y que no sé si leerá ésto algún día, sabrá hacerlo entre líneas. Nos conocemos lo suficiente. Hemos pasado muchas cosas juntos, a veces muy buenas, y otras no tanto. Pero seguimos estamos ahí los dos, al otro lado de la línea, sea la hora que sea. Y somos raices el uno del otro. Hemos crecido juntos con muchos miedos e inseguridades, con síndromes de Peter Punk, con cervezas, conciertos memorables, y conversaciones a destiempo. Pero que ambos queremos y cuidamos.
Esas son las raices que deberíamos fomentar todos, las que nos hacen mirar atrás con una sonrisa en la boca. Aunque sea con un poquito de nostalgia.

lunes, 14 de abril de 2008

Joder con la semanita....

Bueno, pues parece que iba a ser relativamente tranquila, pero no se si ha terminado bien o mal. Tal vez las dos cosas. A viernes por la noche era un desastre: ¿cuántos muertos hemos tenido entre accidentes laborales, tráfico y terrorismo doméstico?. Seguimos a la cola del primer mundo en seguridad laboral y eso se ve en las estadísticas de muertes evitables. Madrugas, aceptas con resignación (y dando las gracias) la cruz de gastar tu día enriqueciendo a otro y encima vas, y te mueres. Coges tu coche para salir de tu entorno urbano y respirar aire puro, un idiota con menos luces que una liebre de quince días, se te planta delante, choca contigo, y tu vas y te mueres. Decides cortar tu relación con tu pareja por múltiples razones, él no lo acepta, tú denuncias, la justicia pasa de tí ampliamente, él se planta delante de tí.... y va y te mata.
Me sorprende que a estas alturas de partido a la gente le preocupe más el terrorismo de ETA que el terrorismo doméstico. ¿De verdad es menos preocupante que vayamos a muerta por semana a que muera un militante de un partido político? Debe ser por mi condición de mujer que me espanta; y no es ni mucho menos por restarle importancia a la muerte de nadie, al contrario, es por dársela a quien una vez pasado su entierro, pasa a engrosar la lista de anónimas que han muerto por rebelarse a su condición de "objeto propiedad" de un hombre.
Nos queda un largo camino por delante. Yo no sé si la ley es o no suficiente, pero lo sea o no, lo que está claro es que no se cumple. Las penas no solo deberían ser más duras, sino que deberían cumplirse integramente. No tengo claro en absoluto que aquellos que ejercen la violencia de género y cometen delitos contra la libertad sexual de otr@s individuos sean capaces de reintegrarse. Me cuesta creerlo a tenor de lo que vemos cada día en la prensa.
No sé de quién tiene que ser el esfuerzo, pero me temo que lo es de la administración. Exigirle a una mujer amenazada que denuncie es muy fácil si no se está en esa situación, pero debe ser muy complicado que te convenzan cuando el paso siguiente en muchos casos, es que la ayuda llega tarde, mal y a veces nunca por mucho que te desgañites en una comisaría.

Si a eso le sumamos mi (comparado con todo ésto, pueril) dolor de cabeza ayer durante todo el día (y no, no fue resaca).... pues el balance no ha sido tremendamente positivo.
Pero tengo que destacar dos cosas: nos hemos juntado casi todos los hermanos después de bastante (para los que no me conocéis, una de ellos vive fuera de España, y el otro viaja más que Don Pimpón), y el sábado por la tarde, Tomás (Tomás es un coleguita) inauguró nuestros "Fines de Semana de Autor", con gran éxito de crítica y público. Eres un cabrón, nos lo has puesto muy difícil.... fue una búsqueda del tesoro en el Retiro muy divertida. Todos nos lo pasamos muy bien. Ah, también tengo que añadir a la parte positiva, las magdalenas caseras que preparé el viernes. Estaban cojonudas.

Por otro lado, me hubiera gustado ir ayer a la conmemoración del 14 de abril en Rivas, pero me levanté fatal. Debo tener una tonelada de mocos al fondo de la nariz que me despresurizan (o presurizan, no lo tengo claro) los oídos y que me hacen sentir como si estuviera en la estratosfera constantemente; creo que mis mocos primaverales este año han decidido quedarse tranquilitos dentro de mi calavera. Pero yo les pido encarecidamente que salgan. Que prefiero tener complejo de grifo mal cerrado que dolores de cabeza estúpidos.

Así que nada, que feliz 14 de abril. Tal vez dentro de no mucho, destituiremos la figura de rey. Estaría bien. Va siendo hora de acabar con anacronismos sociales.